ALFREDO COHEN MONTOYA

El 24 de Febrero de 1984 Alfredo Cohen Arias se fumó a la dos de la madrugada, dos cajetillas de Marlboro y se tomó media botella de ron. María Inés Montoya, lloró de alegría como nunca y cambió su vida para siempre. Yo llegué a este jodido mundo aquella noche, en esa extraña ciudad donde el Río Grande de la Magdalena se encuentra con el Mar Caribe colombiano. Aun no tengo muy claro como lo logré, pero allí fui feliz.

Tampoco entiendo cómo pude terminar el colegio perdiendo un promedio de 120 exámenes por año y sin entender hasta hoy, para qué sirve la trigonometría, sin embargo, en 2006 me gradué como alumno destacado de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte.

Desde los primeros años universitarios me vinculé a proyectos de investigación como
The Communication Initiative y a proyectos de imagen de marca como Zocca. Realicé mis prácticas profesionales en Bogotá con la Fundación Imaginario - Citurna donde fui asistente de producción de los programas Revelados y Chinkanarama, realizados para Canal13 y Señal Colombia. Regresé a Barranquilla para terminar mi tesis y vincularme a una investigación con la Fundación Terpel y la Uninorte al tiempo que trabajé como productor de campo para la región caribe, del programa la Sub30 producido por VideoBase y el Ministerio de Cultura.
En 2006 viajé a Barcelona para realizar el
Master en Documental Creativo de la UAB. En esta ciudad he colaborado con crónicas para los periódicos Mundo Hispano y Tribuna Latina. Además he trabajado para la agencia de marketing alternativo DMG y la productora independiente Amiconi

Ene sta ciudad, en 2009 he fundado  la Asociación Cultural elParlante, un colectivo de comunicación especializado en la producción audiovisual y la dinamización de redes sociales. 

Soy sincero, arrogante, alegre y por momentos despistado.

Creo en las múltiples posibilidades de la comunicación. En una comunicación abierta, dinámica, creativa, crítica y transformadora. En una comunicación que fomente el cambio social y la participación ciudadana. Creo en una comunicación que genera diálogo y que hace circular nuestros sentidos. 

Creo además, en los atardeceres del Caribe y en las posibilidades del Youtube. En un Dios personalizado y en la educación como motor de transformación social. Creo en la carne en posta con arroz de coco, en la música del Carlos Vives y del Joe Arroyo. Creo en los rayos de sol que se cuelan por los callejones del Borne y en las aceitunas con patatas viendo al Barça ganar.

Creo que que ser positivo mueve montañas pero que la paz de Colombia no está cerca, y Barcelona, muy lejos del paraíso.